Según una investigación publicada en la revista “Archives of Disease in Childhood”, en la que se han analizado datos de un total de más de 17.000 niños, se determino que los bebés que lloran excesivamente podrían tener dificultad con su conducta.
En muchos casos, aumentaba su riesgo de tener ansiedad o depresión, y desarrollar comportamientos agresivos o un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).Además, aquellos bebés con más de un factor de riesgo son aún más propensos a desarrollar problemas de conducta.
No obstante, los estudiosos no afirman que estos problemas que tenga un bebé causarán con toda seguridad problemas de comportamiento más tarde en la vida, sino que podrían ser síntomas tempranos de éstos. Por ello, se señala que ‘si se pudieran evitar problemas de conducta con una intervención temprana, en términos de la salud podría ser muy importante’.
Se recomienda a los padres que cuando un bebé tenga estos problemas, se consulte primero a un profesional sanitario.
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