Pautas cotidianas imprescindibles para que todo vaya bien en la intimidad. Así como lavarse los dientes, ducharse, hacer las cuatro comidas, tratar de descansar 8 horas diarias, existen una serie de pautas cotidianas que ayudan a promover una vida sexual plena y saludable.
1. Estar informado. La información apropiada disminuye la incertidumbre y, por ende, nos aleja de la ansiedad. Para una vida sexual segura y satisfactoria, el primer consejo es darle respuesta a nuestras dudas y actualizar conocimientos. Informarse para prevenir y disfrutar sin riesgos ni temores.
2. Conocer y aceptar nuestro cuerpo. Ser conscientes de nuestra naturaleza física y psíquica promueve la confianza y eleva la autoestima. Predispone a relaciones más relajadas y placenteras. Cuántas oportunidades de buen sexo perdemos (y hemos perdido) por creer que no tenemos la forma o el tamaño "ideal". Más allá de lo que nos devuelve el espejo, conocernos y aceptarnos es, además, saber cuáles son nuestras preferencias sexuales, descubrir nuestras zonas erógenas y otras prácticas estimulantes.
3. Hacer deportes o tener una rutina aeróbica. La actividad física no sólo fomenta la salud y predispone el cuerpo a un mayor rendimiento, flexibilidad y fortaleza; sino que, además, es un estimulante seguro y natural.
4. La higiene es fundamental. No está de más decir que la limpieza frecuente de los genitales es clave. Los cuidados deben extremarse en la previa y, sobre todo, apenas hayamos terminado de tener relaciones. Orinar y lavar con agua y jabón los órganos sexuales ayuda a expulsar flujo y restos de fluidos seminales; de este modo evitaremos posibles infecciones, alergias y malos olores.
5. Anticonceptivos y otras medidas. Debemos conocer todos los posibles métodos, formas debidas de uso y cuáles son los que mejor se adaptan a nuestras posibilidades físicas y económicas; no sólo para prevenir embarazos no deseados sino, ante todo, para evitar enfermedades de transmisión sexual.
6. Qué SI, qué NO, qué TAL VEZ. Así como conocer y aceptar nuestro cuerpo, deberíamos descubrir y permitirnos aquello que pueda gustarnos hacer o compartir. Démosle lugar a nuestras fantasías. Tratemos de vencer barreras pero sepamos poner límites. Así como cada uno es dueño de su cuerpo, nadie es esclavo sexual de nadie.
7. El diálogo interior y con la pareja. Si bien hay un mundo sexual íntimo, personal, de uno con su cuerpo y sus deseos; es fundamental la comunicación con quien tenemos sexo ya sea en forma habitual o casual. La fidelidad y el compromiso suelen ser lo "ideal"; sin embargo, cada uno elige y es responsable de cómo configura sus tiempos, pautas y posibilidades de relación.
8. Ante la menor duda, la consulta. Ginecólogos, urólogos, clínicos, sexólogos, psicólogos... sobran los profesionales especializados para la consulta y la interconsulta. Los expertos son la mejor fuente de información y educación sexual. La clave es no dejarse estar o esperar a que pase algo que nos genera dudas o inquietud. Cómo mejorar la vida sexual, cómo tratar ciertos dolores o conductas que son o pueden derivar en un trastorno sexual... siempre hay respuesta y solución.
Fuente: Revistaohlala

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